La hernia discal lumbar es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando uno de los discos intervertebrales de la zona lumbar se desplaza o se rompe, ejerciendo presión sobre las raíces nerviosas cercanas. Esto puede causar dolor intenso, limitación de movimiento y otros síntomas que afectan la calidad de vida.

Este problema no solo afecta a personas mayores; también puede presentarse en adultos jóvenes, especialmente en aquellos que realizan actividades físicas intensas o que mantienen posturas incorrectas durante largos períodos. Comprender qué es una hernia discal lumbar y cómo tratarla es fundamental para evitar complicaciones y mejorar el bienestar.

Qué es una hernia discal lumbar

Una hernia discal lumbar ocurre cuando el núcleo gelatinoso del disco intervertebral se desplaza hacia fuera, atravesando el anillo fibroso que lo rodea. Este desplazamiento puede presionar las raíces nerviosas que salen de la médula espinal, causando dolor y otros síntomas.

Los discos intervertebrales actúan como amortiguadores entre las vértebras, permitiendo movilidad y absorbiendo impactos. Cuando un disco se daña o degenera, pierde su capacidad de amortiguación y puede herniarse, generando molestias en la zona lumbar y, en algunos casos, irradiación hacia las piernas.

Anatomía de la columna y función de los discos intervertebrales

La columna vertebral está compuesta por 33 vértebras divididas en cervicales, torácicas, lumbares, sacras y coccígeas. La región lumbar, situada en la parte baja de la espalda, soporta gran parte del peso corporal y es especialmente vulnerable a lesiones.

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Entre cada vértebra se encuentra un disco intervertebral formado por un anillo fibroso externo y un núcleo pulposo interno. Estos discos permiten la flexibilidad de la columna y actúan como amortiguadores para evitar daños en las vértebras durante movimientos y esfuerzos.

Causas más comunes de la hernia discal lumbar

La hernia discal lumbar puede tener múltiples causas, aunque la más frecuente es el desgaste progresivo del disco debido a la edad, conocido como degeneración discal. Este proceso hace que el disco pierda elasticidad y resistencia, facilitando su ruptura.

Otras causas incluyen movimientos bruscos o incorrectos, levantar objetos pesados sin técnica adecuada, traumatismos directos y actividades que implican una presión constante sobre la zona lumbar. En algunos casos, factores genéticos también pueden predisponer a la aparición de hernias discales.

Factores de riesgo y hábitos que la favorecen

Existen varios factores que aumentan la probabilidad de desarrollar una hernia discal lumbar. La edad avanzada es uno de los principales, ya que con el tiempo los discos pierden hidratación y flexibilidad.

Además, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y malas posturas prolongadas contribuyen a la degeneración discal. Trabajos que requieren esfuerzos físicos repetitivos o mantener posturas forzadas también incrementan el riesgo. Por último, el estrés y la falta de ejercicio pueden debilitar la musculatura de la espalda, agravando la situación.

Síntomas y señales de alerta

El síntoma más común de una hernia discal lumbar es el dolor en la parte baja de la espalda, que puede variar desde una molestia leve hasta un dolor intenso y persistente. Este dolor a menudo se irradia hacia las piernas, fenómeno conocido como ciática.

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Otros signos incluyen sensación de hormigueo, debilidad muscular, dificultad para caminar o mantener ciertas posturas, y en casos severos, pérdida de control de esfínteres. Ante la aparición de estos síntomas, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado.

Dolor lumbar, ciática y limitación de movimiento

El dolor lumbar puede manifestarse de diferentes formas, desde una molestia constante hasta episodios agudos que limitan la movilidad. Cuando la hernia presiona el nervio ciático, el dolor se extiende desde la zona lumbar hacia la parte posterior de la pierna, llegando hasta el pie.

Esta ciática puede ir acompañada de debilidad o entumecimiento, dificultando actividades cotidianas como caminar, sentarse o agacharse. La limitación de movimiento es un signo claro de que la hernia está afectando la función normal de la columna y requiere intervención.

Diagnóstico y pruebas más utilizadas

El diagnóstico de la hernia discal lumbar comienza con una evaluación clínica detallada, donde el médico revisa los síntomas, realiza una exploración física y evalúa la movilidad y reflejos.

Para confirmar el diagnóstico y determinar la ubicación exacta de la hernia, se emplean pruebas de imagen como la radiografía, que descarta otras causas óseas, y la resonancia magnética, que ofrece una visualización clara del disco y los tejidos blandos.

Resonancia magnética y valoración fisioterapéutica

La resonancia magnética es la prueba más precisa para detectar una hernia discal lumbar. Permite observar el estado del disco, la compresión nerviosa y la inflamación en la zona afectada. Esta información es vital para planificar el tratamiento adecuado.

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Además, la valoración fisioterapéutica es fundamental para analizar la postura, la fuerza muscular y la movilidad de la columna. El fisioterapeuta puede identificar desequilibrios musculares y diseñar un plan personalizado para la recuperación y prevención de futuras lesiones.

Tratamiento fisioterapéutico para la hernia discal lumbar

El tratamiento fisioterapéutico es una de las opciones más efectivas para manejar la hernia discal lumbar. Su objetivo principal es aliviar el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer la musculatura que sostiene la columna.

Las sesiones incluyen técnicas específicas para reducir la inflamación y la presión sobre los nervios, así como ejercicios adaptados para recuperar la función y evitar recaídas. La fisioterapia también ayuda a corregir posturas y hábitos que puedan estar contribuyendo al problema.

Terapias manuales, ejercicios y fortalecimiento muscular

Las terapias manuales, como la movilización vertebral y los masajes terapéuticos, son herramientas clave para aliviar tensiones y mejorar la circulación en la zona lumbar. Estas técnicas complementan el trabajo de los ejercicios específicos.

El fortalecimiento muscular se centra en los músculos del core, incluyendo abdominales y lumbares, que actúan como soporte natural de la columna. Ejercicios de estiramiento y movilidad también forman parte del tratamiento para mantener la flexibilidad y prevenir rigidez.

Prevención y hábitos saludables para cuidar la espalda

Prevenir una hernia discal lumbar es posible adoptando hábitos saludables que protejan la columna. Mantener un peso adecuado, realizar ejercicio regularmente y evitar el sedentarismo son medidas fundamentales.

Incorporar pausas activas durante el trabajo, evitar cargar pesos excesivos y practicar técnicas correctas para levantar objetos también contribuyen a la salud de la espalda. La hidratación y una alimentación equilibrada ayudan a mantener la salud de los discos intervertebrales.

Posturas correctas y ergonomía en el día a día

La ergonomía juega un papel crucial en la prevención y manejo de la hernia discal lumbar. Adoptar posturas correctas al sentarse, trabajar o dormir reduce la presión sobre los discos y evita lesiones.

Es recomendable utilizar sillas ergonómicas, mantener la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Al levantar objetos, se debe flexionar las rodillas y mantener la espalda recta para evitar sobrecargas. Dormir en colchones firmes y en posiciones que respeten la curvatura natural de la columna también es beneficioso.

Recupera tu bienestar con Novophysio en Sevilla

En Novophysio, ubicado en Sevilla, ofrecemos un enfoque integral para el tratamiento de la hernia discal lumbar. Nuestro equipo de fisioterapeutas especializados trabaja con técnicas avanzadas y personalizadas para cada paciente.

Desde la evaluación inicial hasta la recuperación completa, en Novophysio acompañamos a nuestros pacientes en cada etapa, combinando terapias manuales, ejercicios terapéuticos y asesoramiento en hábitos saludables. Recuperar la calidad de vida y el bienestar es posible con un tratamiento adecuado y profesional.

alejandro rodriguez moya
Director y Fisioterapeuta en Novophysio

Fisioterapeuta Colegiado Nº 606
• Diplomado en Fisioterapia por la Universidad de Cádiz.
• Graduado en Fisioterapia por la Universidad Europea de Madrid.
• Experto Universitario en Fisioterapia del Deporte, la Danza y el Toreo.
• Experto Universitario en Electroterapia Clínica.
• Máster en Nuevas Tendencias Asistenciales en Ciencias de la Salud.

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